Hace unos años los ayuntamientos de los municipios por los que discurre el Canal de Henares, comenzaron a desarrollar la idea de una posible conexión entre los mismos, gracias a esta infraestructura. Posteriormente, el proyecto inicial fue trasladado a Diputación de Guadalajara, quién lo ha retomado en los últimos años, junto con la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) y la Comunidad de Regantes del Canal del Henares, a quienes pertenece la infraestructura; esta propuesta consiste en la utilización de la márgen derecha del Canal de Henares como una vía verde que comunique los diez municipios por los que discurre y sirva para promover el ocio entre ciclistas y senderistas.
La diferencia es que en esta ocasión, la Confederación ya se encuentra trabajando en la redacción del proyecto, que según manifiestan desde Diputación, podría empezar a materializarse en torno a la primavera de 2011, gracias al convenio de colaboración entre la Diputación y la CHT, para la recuperación y acondicionamientos de los cauces.
Desde la Comunidad de Regantes, se insiste en que el proyecto no debería suponer ningún problema en el riego, ya que desde Humanes hasta Meco, pasando por municipios como Mohernando, Yunquera, Fontanar, Marchamalo, Cabanillas, Alovera o Azuqueca, esta infraestructura da servicio a unos 1.600 comuneros con una superficie de riego de unas 6.000 hectáreas.
Para permitir esta conversión, sería necesario acometer una serie de actuaciones en los 38 kilómetros de recorrido, tales como la señalización y protección del recorrido, así como el acondicionamiento de las márgenes del canal mediante la explanaciones, adecuándolo par el paso de peatones y ciclistas.
Historia del Canal del Henares
La construcción de esta infraestructura se remonta al siglo XIX, aunque el primer proyecto (con final en Paracuellos del Jarama) se redactó en 1771 por orden de Pedro Pablo Abarca de Bolea, Conde de Aranda, buscando una mayor productividad en los cultivos de la zona.
El proyecto definitivo, denominado ‘Proyecto de Riego de la Campiña de Alcalá’ se terminó en 1857 y preveía la construcción de una infraestructura de 5 metros de ancho por 2,5 metros de profundidad y 46 kilómetros, que permitiera convertir en tierras de regadío 12.857 hectáreas.
La primera licencia de construcción se concedió por Real Decreto el 12 de mayo en 1859 a José Acebo y José Pinilla, con un plazo de 6 años. Debido al incumplimiento de los plazos, la obra fue otorgada de nuevo por Real Decreto del 28 de mayo de 1863 a la Compañía Ibérica de Riegos, que contaba con capital inglés, francés y belga.
El 24 de junio de 1867 se inauguraban los 17 primeros kilómetros, pero debido a un nuevo incumplimiento de los plazos y la quiebra de la empresa, lo trabajos se paralizaron.
Posteriormente, la obra se concedió en subasta pública al Banco de Londres, que finalizó los trabajos, con el paso de la infraestructura hidráulica por los municipios de Humanes, Mohernando, Yunquera, Fontanar, Marchamalo, Cabanillas, Alovera y Azuqueca. En ese momento, el canal ya tenía los casi 39 kilómetros de longitud que tiene en la actualidad, pese a que en un principio fueron proyectados 50 kilómetros.
Tras la finalización, hubo varios pleitos con el Banco de Londres, lo que propició el embargo del canal, que terminó vendiéndose de nuevo en 1887 a la Compañía Ibérica de Riegos, que años antes se había declarado en quiebra. Durante los siguientes años, numerosos pueblos reclamaron la devolución a la empresa del capital invertido en su primer aventura.
Finalmente y para un mejor uso, en 1927 se constituye la Comunidad de Regantes, a la que se cede el uso del Canal del Henares. Además, las autoridades del momento aprueban la construcción de un pantano, necesario para conseguir un óptimo rendimiento de la infraestructura. Pero no sería hasta 1945 (finaliza en 1954) cuando dio comienzo la obra del embalse de Pálmaces en el río Cañamares, uno de los principales afluentes del Henares.
Las fotos de las obras realizadas en el siglo XIX por Jean Lauren y José Martínez sirvieron para mostrar la obra hidráulica en la Exposición Universal de París de 1867, intentando dar credibilidad a la modernización de España